Órgano Monumental del Auditorio Nacional (OMAN)

Desde hace nueve siglos la música de órgano se arraigó en las iglesias, gracias a su complejo mecanismo de teclas, fuelles y flautas, que lo convirtieron en una máquina capaz de transformar el aire en un sonido majestuoso. “El órgano es, tanto para mis ojos, como para mis oídos, el rey de los instrumentos”, aseveró Wolfgang Amadeus Mozart.  

Con más de siete décadas de trayectoria, el maestro Víctor Urbán, célebre intérprete del repertorio para órgano en México, ofreció centenares de conciertos. También recibió numerosos premios internacionales, pero en sus propias palabras el reconocimiento profesional más alto llegó en 2001, al ser designado titular del Órgano Monumental del Auditorio Nacional (OMAN), el instrumento más grande de América Latina y uno de los siete mayores en el mundo.

El “Hijo Predilecto de Santa María Tultepec”, municipio del Estado de México donde nació en 1934, aprendió los rudimentos musicales de la mano de su padre, don Manuel Urbán, organista al que ayudaba en los servicios dominicales. Sin embargo, la epifanía sobre su vocación musical lo alcanzó a los seis años, cuando Jesús Estrada, gran compositor, organista y pedagogo mexicano, tocó para una fiesta religiosa en Tultepec. El entonces niño Víctor Urbán formaba parte del coro.

Después de la celebración, el invitado interpretó la Tocata y Fuga en re menor de Johann Sebastian Bach para un reducido grupo. El pequeño, fascinado por lo que acababa de escuchar, le dijo a Estrada: “¡Quiero tomar clases con usted!”. El maestro le contestó sonriendo, que lo esperaba en el Conservatorio Nacional de Música, en la Ciudad de México, donde impartía cátedra.
 
El hechizo del teclado en Víctor Urbán se mantuvo intacto y lo condujo a tempranos cursos de música sacra. Ocho años más tarde, aquel anhelo infantil se hizo real y empezó a estudiar la secundaria en el Conservatorio hasta graduarse como Organista Concertista. Con la ayuda de benefactores, maravillados por su talento, Urbán cursó posgrados en Roma, Italia y Stuttgart, Alemania.

El maestro Víctor Urbán se presentó en ciudades de Estados Unidos, Italia, Alemania, Austria, Bélgica, Inglaterra, España, Holanda, Rusia, Argentina, Colombia, Ecuador, El Salvador, Perú, Chile, Brasil, India, China, Japón, Nepal, Tailandia y Egipto, donde además de conciertos impartió cursos magistrales.

En México su nombre ha encabezado programas en el Palacio de Bellas Artes, el Teatro Metropólitan, la Sala Nezahualcóyotl, la Sala Ollin Yoliztli, el Teatro de la Ciudad, el Castillo de Chapultepec, el Conservatorio Nacional de Música, el Teatro Degollado en Guadalajara, el Teatro Juárez en Guanajuato, así como en catedrales e iglesias, escuelas, institutos, casas de cultura, museos y en diversos festivales. Tocó para el papa Juan Pablo II y fue recibido en audiencia especial por el papa Paulo VI.

Su virtuosismo y gusto por los desafíos artísticos lo llevaron a interpretar por primera vez en México la serie completa de conciertos Vivaldi-Bach (diez transcripciones en órgano que Bach hizo sobre obras originalmente escritas para instrumentos de cuerda). En 1971 ofreció la serie completa de cinco tocatas y fugas de Johann Sebastian Bach en el Auditorio Nacional.

El Maestro Victor Urbán recibió más de cien premios y reconocimientos desde 1956. Fue profesor titular del Conservatorio Nacional de Música y de la Escuela Nacional de Bellas Artes.